Saltar al contenido
Inicio » Serrat se despidió de Córdoba

Serrat se despidió de Córdoba

Especial para Fm Top

Nota: Rubén Coronell

Fotos: Juan José Coronell

 

 

El futuro es más fácil con las canciones de Nano

 

Joan Manuel Serrat se presentó este martes en el estadio Mario Alberto Kempes, en el marco de su gira de despedida “El Vicio de Cantar”. La segunda fecha en el país tuvo emoción, humor y un agradecimiento perpetuo. Como él.

 

El martes 08 de noviembre de 2022 quedará en la historia de los recitales de Córdoba, como la jornada en la que el cantautor catalán se despidió de esta plaza que “tanto amor le dio”. En más de dos horas de show y con más de veinte canciones, fue recorriendo parte de su historia musical y la de los presentes.

 

 

La poesía es un arma cargada de futuro

 

“¡Buenas noches, damas, caballeros e imparciales! Es un gusto estar aquí en el mediterráneo… Un mediterráneo sin paella, pero con un cabrito… Una tierra de artistas y musical como pocas que ha regalado al mundo sus músicas, de las mejores organizaciones corales de Hispanoamérica, la tierra que eligió Falla para vivir y escribir… ¡y la Mona Jiménez!”. Esa fue la bienvenida de Joan Manuel Serrat a su público, apenas terminó la primera canción. Dale que dale, el poema de Miguel Hernández que musicalizó el catalán fue el inicio a un show que cumplió con creces la promesa de ser histórico.

“Que gusto que estén aquí todos, verlos y poder dar las gracias de acompañarme como en otras tantas oportunidades” confesó, para luego hacer un pedido: “Apartemos atisbos de nostalgias, melancolías, piensen que se acaba un tiempo para mí, pero ¡de ahora en adelante todo es futuro!”. Entonces sí, las primeras emociones en los presentes empezaban a ser la confirmación de la despedida.

Mi niñez y El carrusel del furo, continuaron con el listado de canciones para llegar al futuro del que hablaba, pero primero pasando por su pasado que es donde comenzó a convertirse en “Nano”. Ese que sin saber le cantó tanto al futuro, con canciones llenas de poesía y llenando de música a tantos poemas. Ese que conmovió con canciones como Romance de Curro «El Palmo», y que antes se había sincerado sobre algunas creaciones: “Los personajes no son de verdad o mentira, son fantasía, pero tienen sus gotas de realidad. Y realidades que gotean fantasías…”. “Sin lo que nos dan seriamos más pobres”, dijo quien parece casi de fantasía con esa voz intacta a los 78 años, pero es bien real y que sin él seguramente lo seríamos.

 

 

Eterna gratitud

 

La lista y la noche continuaron con varios de sus clásicos. Con esos que no nos cansamos de escuchar como Señora, Lucía, Hoy por ti mañana por mí y No hago otra cosa que pensar en ti. Esta última sirvió para presentar a toda su banda. Perdón, a todo su bandón: Vicente Climent en batería, Raimon Ferrer en bajo y contrabajo, José Miguel Sagaste en saxos, flauta, clarinete y acordeón, Úrsula “Uixi” Amargós en viola y coros, David Palau en guitarra y coros, y el mítico arreglador Ricard Miralles. A ellos presentó después de entonar “Buscaba una canción y me perdí, en un montón de palabras gastadas” y cuando en medio de la canción empezó a pensar en voz alta: “¿Qué es una canción?”. Luego de no creer las definiciones que da Alexa, en internet, ni la de los académicos a quienes “les falta un poco de chispa” dio su versión: “Para que exista lo que llamamos canción ha de ser capaz de engendrar con emoción. No somos nada sin las emociones. La emoción que contagie estas historias, que mágicamente se nos han metido en el alma”. Con eso dejó en claro su “gratitud a quienes fueron capaces de escribir, contar historias que me emocionan y ayudan”, músicos, poetas, arregladores…

Y el público en una ovación y con el “Olé, olé, Nanooooooooooo, Nanooooooooo” le demostró su gratitud a él, que en sus creaciones ha reunido todo lo antes descrito.

 

La vida con Serrat se vistió de fiesta

 

Hubo tiempo para conmemorar nuevamente a Miguel Hernández, a quien Pablo Neruda pidió recordarlo con luz, ese pastor de cabras que se convirtió en “un extraordinario poeta”, quien “amaba la libertad y la vida, y ambas cosas se las arrebataron”, cuando cantó Las nanas de la cebolla, quien musicalizó el gran Alberto Cortez; se acordó de los dirigentes con quienes tiene Algo personal;  también se acordó de ellos quienes tienen el verdadero poder y pueden hacer las cosas que quieren, las guerras que quieren y no tomar las decisiones que se necesitan para mejorar el mundo cuando entonó Pare (Padre en castellano); y también homenajeó a su madre con Canço de Bressol.

También hubo tiempo para las mayores ovaciones de la noche, cuando Para la libertad, con imágenes del artista Vansky combinaron de la mejor manera, en un marco que fue el mejor con la gente de pie. Muchas veces se dio esa postal, como cuando Es caprichoso el azar, con Úrsula Amargós a quien definió como “una caja de sorpresas” fue un mimo a los sentidos por tan hermosa versión en dueto.

Hoy puede ser un gran día, inició la seguidilla de sus “temas más conocidos”, como Mediterráneo, esa canción que ha sido elegida como la mejor del pop rock en español por la revista Rolling Stones y que lo define en cuerpo entero, a quien ha dado su cuerpo a la música. Su cuerpo y su mente para escribir Aquellas pequeñas cosas, Cantares, o Esos locos bajitos. Para emocionar como siempre, para que sea imprescindible como nunca. Para que los aplausos no terminaran, para que el reconocimiento fuera para siempre. Para que el final que se acercaba demorara un poco más.

“El escenario ha sido una plataforma maravillosa donde contar y compartir historias, donde poder divertirme, ser feliz, para ser útil, pero para morirme no… Iría contra mis principios”, dijo explicando porque no seguirá dando conciertos.

Penélope y Fiesta, fueron los últimos temas y la despedida definitiva, después de que le hablara por última vez a su público cordobés: “Traten de ser felices, cuiden sus parcelas de felicidad y sean todo lo cariños y sensibles que puedan”.

Escuchándolo a él, que es como “un árbol talado que retoño, que aún tiene la vida” y eso es algo para seguir festejándolo, es un poco más fáciles. Porque es más fácil ser felices habiéndolo tenido a Joan Manuel Serrat en nuestros tiempos y de nuestro lado.

 

 

Compartir