Juan José Coronell
Periodista
Especial para Fm Top
Susana Baca se presentó en Córdoba, más precisamente en la Sala de las Américas, en la segunda parada de su gira por nuestro país más Uruguay y Chile. En la misma donde festejó más de cincuenta años de carrera y presentó su último trabajo discográfico “Palabras Urgentes”, cerrando en el país, el pasado sábado cuando actuó en el Teatro Opera Orbis de Buenos Aires, con Raly Barrionuevo.
A continuación, la crónica del 220 de agosto, una noche realmente hermosa, profunda y latente… Como Susana.
Hay una fila muy larga que da vueltas dentro del hall de entrada en el Pabellón Argentina. Es este país donde Susana tiene la mayoría de las fechas de esta nueva presentación, luego de mucho tiempo sin volver. Es el mismo lugar donde hace siete años recibió el reconocimiento Honoris Causa, con aplausos que no frenaban. Los mismos que le dieron la bienvenida cuando se apareció con su túnica blanca y sus pies descalzos.
“Es una felicidad enorme y los hemos extrañado… perdonen la demora y la espera. Hace tres horas que estamos listos, pero había que esperar… cosas que pasan”, dijo una Susana Baca sonriente, para darle la razón a una señora que se quejaba de la impuntualidad de la gente, para con alguien que no lo es. Porque la peruana sabe llegar al punto más íntimo con cada canción.
Los que amaron dirán: “conozco esta canción y me había olvidado de lo hermosa que era”
Por tu ventana dormida, del poeta peruano Juan Gonzalo Rose, fue la primera de varias canciones que se fueron paseando por toda la sala, como ella en el escenario. Hermoseada por ella, como todas las que sonaron, sean sabidas o no por el público, que si no cantaban no era por no saberlas, si no por admirar lo bellas que se volvían.
La herida oscura fue el primer tema de Chabuca Granda que sonó, pero también el primero del nuevo álbum en la noche. Álbum producido por Michael League, líder de la banda de jazz Snarky Puppy y publicado por Real World Records, sello discográfico fundado por el ex Genesis, Peter Gabriel.
Dümmerung, llevó a la cantautora a regalar un momento muy, pero muy íntimo; y en Canterurias, a comparar “a los canteros que golpean la piedra, como así nosotros golpeamos para construir nuestras vidas”. Y luego la canción que saco a la luz, por así decirlo, a la nacida en Lima y comenzó a dar a luz a su vasta obra: María Landó.
Susana moliendo penas
En su nuevo disco hay una versión de Cambalache, “una canción importante para estos tiempos, hecha hace muchos años pero que aún es vigente por lo que sucede en Latinoamérica por los políticos y los corruptos”. Entonces Siglo XX se transforma en siglo XXI, algunos términos del lunfardo en palabras más cotidianas y algunos personajes en otros cotidianos, para que siga siendo contundente. Más cuando nombró al presidente de Brasil al cantar: “Mezclan con Bolsonaro, va Escarfaso y Napoleón, Don Bosco y La Mignón, Carnera y San Martín”.
Juana Azurduy, fue la canción para honrar a la heroína, pero también a “la nobleza, el pensamiento de pasa y libertad de Mercedes Sosa” de quien aprendió esa canción, y darle una potencia al final repitiéndolo para que la historia le siga dando el lugar que se merece.
Milonga de mis amores, fue presentada como “una canción muy especial para ustedes porque es una milonga…”, aunque ella le dio esa condición y Molino Molero, con esa frase que, si en vez del molino pusiéramos a Susana, quedaría más que bien. Porque por entonces era lo que estaba pasando: “Ahí está Susana, moliendo mi pena. Susana Molera, ta’ andando”. Y lo está haciendo hace más de cincuenta años…
Dame vida de tu boca
La última parte del concierto tuvo canciones como Negra Presuntuosa, Cardo o Ceniza, Cariño, Las caras lindas y Sorongo, a modo de manifiesto de la gente negra y para cuestionar la falta de sus derechos.
También fue el ida y vuelta con la gente que le devolvía tanta dulzura. Entre el público había alguien que le gritó: “¡Quién dijo que todo está perdido!”, para que se sonría, y en esa sonrisa quepamos todos y todas. En esa sonrisa, la más hermosa del Perú y una de las más lindas de Latinoamérica, sabemos que el corazón se sigue ofreciendo. Con los pies descalzos, con 78 años, con un espíritu único e inigualable. Y con el primer tomo de sus memorias, que lleva ese título: “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, que también fue el primer tema que grabó durante la pandemia y que además fue parte del disco que ganó un Grammy.
Entre canciones de amores, entre paisajes que fueron tomando forma en su voz, entre historias de gentes necesarias, entre el compás que lleva en las venas y en las llagas, la representante de la cultura afro-peruana, se despidió a puro baile con Sun sun babae y con un enorme ramo de flores, acorde a su belleza, a su carisma y al ritmo de su piel. Por la que fue discriminada, pero que desde allí hizo lo posible para cantarle a la “piel de las personas” como alguna vez dijo que era transmitir la música. Susana es eso, es un erizamiento de piel continua, es un viaje a los mejores paisajes musicales y a los paisajes que no han sido los mejores, pero que en la voz de ella se embellecen. Tal vez porque canta desde el alma y para el alma. Porque Susana hace música y la música la hace a ella. Esa es la vitamina que la nutre para seguir andando.
Es sierras, es puerto, es el Pacífico y toda América. Es lo afro y lo andino, es lo peruano y sus ancestros. Es un viento que susurra, es una brisa que grita. Es la heredera de Chabuca Granda, es Susana, la grande. La gigante, la de la dulzura perpetuable. La justiciera poética y la que la con poesía e investigaciones musicales hace justicias, en pos de los olvidados y más aún, las olvidadas. La que fue Ministra de Cultura, aunque sea cultura constante sin ministerios….
La mujer luz, la que da vida de su boca, la que hace brillar la vida en su risa encendida; la mujer lucha incansable y resistencia. La mujer mapa de música y que lleva todos los mapas en su voz. La mujer que ya es tradición en sí misma. La que canta palabras, la que desde tiempos inmemoriales es la mujer urgente.
@juanjosecoronell
@juanjofotos12