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El trabajador de la felicidad

Juan Jose Coronell

Especial Para Fm Top

 

El 30 de abril del 2022 quedará como la fecha en que se confirmó que el Festival Bum Bum llegó para quedarse, pero también que el amor por La Mona Jiménez nunca se fue y que se mantiene vigente como siempre. A continuación, la nota de una fiesta, un homenaje en vida, una celebración sin igual, como cada vez que toca el mandamás…

 

Un día antes, el viernes, el presidente Alberto Fernández llegó a Córdoba para visitar plantas automotrices y anunciar nuevos puestos de trabajo. Pero la fiesta y la atención estaban ya destinadas para lo que pasaría el sábado, en el Hipodrómo cordobés. Es que en Córdoba Capital existe una “MONArquía” a la que los súbditos no pueden dejar de idolatrar.

 

El festival

Desde bien temprano fueron llegando los invitados a esta fiesta. Ya sea caminando, en auto o en colectivos que salían de la Terminal de Ómnibus y desde el Patio Olmos. Y nada de estar parados en los mismos. Había que dejar resto y piernas para la noche…

Desde bien temprano también fueron llegando los artistas al escenario. La encargada de abrir la jornada fue Tinta China, con Anastasia Amarante a la cabeza, que se convertirá en un futuro en escenario propio del Festival. Esta “Monatributo”, fue la primera muestra en la tarde de que La Mona trasciende géneros y se notó y escuchó en cada una de las canciones “jimeneras” que fueron hechas rock.

 

Leones con Flow, el grupo de raperos liderado por Paulo Londra, no tuvo problemas para hacer mover a la gente con una seguidilla de rimas y pasos, dejando en claro que el trap en Córdoba también se vive fuerte y que va creciendo cada vez más. Al igual que Lore Jiménez, quien cada vez se siente mejor en el escenario y se movió como pez en el agua y no sólo por estar en el Festival de su padre. Si no porque es Jiménez en todo sentido: en los movimientos, en el desparpajo, en la risa constante y en el respeto al tunga – tunga original.

De esa manera le dio paso a los Desakt2, una de las nuevas bandas del cuarteto. Nuevas por la edad de Fer y Joaco, pero ya conocida en el ambiente y entre la gente que los acompañó cantando todas las canciones. Una dupla que está por explotar y empezó a prender en este Festival, cuando la tarde ya empezaba a caer.

 

Los números fuertes

Antes de las 18:30, quienes subieron al escenario para recibir la gran ovación del público, fueron Los Manseros Santiagueños. En una jornada donde grandes personalidades de la música popular se daban cita, no podían faltar ellos: los Rolling del Folklore. Una banda histórica y que ya está convertida en leyenda, con Onofre Paz a la cabeza, quien se mostró agradecido a La Mona por la invitación y a la gente, que lo vitoreó en todo momento. A Carlos Jiménez le dedicaron “Canto a Monte Quemado”, tal vez por ser ese “mensaje de amor y tiempo” o por reconocerse en Carlitos, cuando cantan: “Mirada del hombre simple”. Así, con la simpleza de los grandes, le pasaron la posta a Martín Fabio o el queridísimo “Mono” de Kapanga, que con los suyos dieron un show a la altura de las circunstancias y no sólo por la constante devoción para con el dueño de la fiesta. Si no, porque ellos fueron los responsables de gran parte de ella.

Primero con un poncho Rojo y su vaso del Guachito Gil y luego con una remera que recordaba a “Bam Bam” Miranda, el mítico percusionista de La Mona y un emblema de su banda, el “Mono” se hizo cargo de la noche fresca y le puso calor a su estilo: hits que hacía tiempo se querían escuchar en tierra cordobesa. “La crudita” fue el comienzo de un show con varios guiños cuarteteros, la risa plena y la invitación a Fer de Desakta2 para hacer “El Universal”.

“Para mi tendría que salir de gira por todo el país y afuera del país también”, dijo Martín para sentenciar, esto es el “Monapalooza”.

Todos somos Jimeneros

“Quédate conmigo que no hay pena/ Esta noche es luna llena/ Bailarás con las estrellas, ya verás” comenzó cantando Ulises, para que en ese momento bailaran hasta las luces de arriba. Se notó desde el comienzo que era uno de los más esperados de la noche y con su show demostró porque es uno de los artistas más importantes del momento. ¡Y ojo! No sólo hablamos de cuarteto, porque ya le queda chico el mote de cuartetero al hermano de Rodrigo: Ulises es un rockstar que canta la música típica cordobesa.

 

La seguidilla de éxitos tuvo su punto cumbre con el “Mono” de Kapanga, para cantar a “Dale Vieja Dale”, ese tema que fue un “click” en su carrera. Y el momento de “rendición” frente a la figura de la noche fue con “El León” y un momento de sinceridad con el público: “Ya viene el n°1 del cuarteto, banquen unos minutos… Pero les quiero agradecer por el respeto y el aguante. Es un honor y da cagazo estar acá, al lado de Carlos ´La Mona´ Jiménez. Aprendimos a cuartetear gracias a él, también somos fanáticos como ustedes, no lo envidiamos, lo amamos. Somos todos Jimeneros”.

Y como Ulises, somos todos Jimeneros, Martín Huergo fue el encargado de preparar la previa de la explosión. El DJ se encargó de remixar y hacer sus aportes a una noche “monera”, con un juego de luces y la música que salía desde su consola. Para dejar la noche y el escenario servidos en bandeja…

 

Larga vida al rey

En las pantallas se veía una introducción muy acertada: Personas de la ciudad, recitando “quién se ha tomado todo el vino”, casi como una cuestión pagana o religiosa. Y decimos que fue acertada, porque eso es “La Mona” en Córdoba, una religión que casi no tiene ateos.

El ritmo se personificó en un tipo ruludo, con un traje naranja que parecía tener vida propia. Y de golpe esa misma persona, pareció darle más vida a la noche y a las personas que con banderas, vino y coca en mano y un brillo en los ojos tan fuerte, lo comenzaron a disfrutar.

“Un día te dije que te iba a adorar/ y te daría la felicidad” comenzó cantando para que fuese una declaración de amor de “La Mona” para con el cuarteto y del baile para con su máximo exponente.

Desde ahí todo fue un delirio monero: una bandera gigante compartida por todos; La Mona en la pasarela bailando y siendo más mandamás que nunca; “Carli” subiendo a cantar por última vez frente al público, pese al reto de su padre; gente llorando y cantando; gente agitando remeras y subiéndose en hombros ajenos para que fuesen nombrados por barrios propios; el lenguaje de señas de La Mona con todos sus seguidores; las rondas bailando sin parar; una nena que subió a bailar y una chica que cumplía 15 años y lo fue a festejar con Jiménez; 35mil personas al ritmo de sus canciones; Ulises Bueno después de cantar “Nueve y Media”, haciéndose eco de lo que pasaba en el Quilmes Rock cuando Trueno rapeando le decía a Damon Albarn, frontman de Gorillaz, “por culpa de un micrófono ya no existen más guerras”, diciéndole “todo el mundo piensa que porque hacemos cuarteto no nos podemos juntar. Yo también te amo, como todos ellos. Gracias a tu fuerza a tu trabajo y a tu corazón por tantos años luchando por este género. Sos importante para mi familia, para este pueblo” y el “Mono” Fabio, cantando “Goma de mascar” y pidiéndole la bendición a Jiménez, en la mismísima Docta.

No importaba el friazononón que hacía cuando “El renegado” sonó con los fuegos de artificio de fondo. Porque arriba pasaba lo mismo que abajo, la gente brillaba. Más cuando ya el 30 de abril se había convertido en 1° de mayo, cuando ya en el Día del Trabajador él, Carlos “La Mona” Jiménez anunció que el Festival tendrá su presentación en el Obeliso. Y el anuncio lo hizo en su día: Porque “La Mona” es el trabajador de la felicidad de millones, desde hace 55 años, cuando canto por primera vez. Y es un patrimonio provincial y nacional. Además de ser eterno.

 

 

Juan José Coronell

Periodista

@juanjosecoronell

@juanjofotos12

 

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