Por Juan José Coronell
Especial para @fmtopvillamaria
En un show con entrada libre y gratuita en el Cabildo de Córdoba, en el marco del programa “Circuitos culturales por las Supermanzanas” de la Secretaría de Cultura y Juventud de la Municipalidad de Córdoba, llevaron a cabo su “Experiencia Canta Cuenta”, una obra en conjunto donde se juntaron sus relatos y canciones.
La propuesta era clara: a través de la palabra y la música se iba a “dar vida a un recorrido visceral por las problemáticas suburbanas con un potente mensaje”. Pero lo potente no era por volumen si no por lo profundo que se les escucharía. Por lo que Juan escribe y cómo lo escribe, lo que dice y cómo lo dice (se autodefine como Contrabandista de libros, aunque sea más que nada de pensamientos e inteligencia); y por “El Alemán”, músico uruguayo que formó parte de la murga “Falta y Resto”, entre otras, por lo que canta y por cómo lo canta.
Embajadas de una forma de pensar
Libro y guitarra fueron las únicas herramientas, además de sus voces, para ir construyendo en poco más de una hora un momento hermoso, lleno de relatos y canciones con conciencia social y dando clases de lo que es concientizar.
Poesía y música fueron las armas, para romper con las historias de los ganadores se sentaron y comenzar esta movida, para no quedarse quietas ni cuerpos ni mentes. Para “ser oveja negra” que “es la manera de luchar”, para romper con cadenas del tiempo para liberarse de esas construcciones es que El Alemán comenzó con esa canción y Juan Solá leyó “No me conquistes”. Una especie de pedido y manifiesto de esta parte del mundo, de las Américas, pero también de él y su escritura: “No podrás comer el fruto de mis árboles si no te conmueve la semilla que germina”. Eso, desde el primer momento se encargaron de conmover.
Porque si Gerardo canta Resiliencia, Juan leerá “Todos los Nadies”, porque si el uruguayo cantaba “¿Cómo transformas la tristeza? ¿Cuáles son los trucos de tu cabeza?” la mente, las manos del argentino regalaron un listado que duele, de personas que nos deben, pero que las sacará del armario para darles voz y voto, y rostros a esas “Microalmas”. Esa resistencia como bandera…
Reconocerse en otras voces
En todo momento, más allá del humor que le ponía Solá en alguna intervención los nudos que se armaban en las gargantas y en las panzas con los textos, se desataban con las canciones… y viceversa. Ya sea escuchando historias cantadas y contadas como el cuento donde “la pobreza te hace ingenioso”; sobre “frases que guardan trampas” como “yo me la gané trabajando” donde “el mensaje parece honesto/ pero es tan parcial y violento” en un mundo donde le dejamos el trono al dinero “educamos a los niños para adaptarse a sus tiránicos designios. Y luego nos preguntamos de dónde salen tantas almas rotas”. Eso: desde la primera escucha ellos dos, argentino y uruguayo, se encargaron de curarnos un poco el alma con canciones con como la reciente “Perfil de egreso” donde resuena con fuerza “Pobres los pueblos que callan y que solamente acatan cuando su educación se mide en plata. Si sólo se trata de que el perfil de egreso siga sosteniendo esa idea de progreso, nos haga herramientas funcionales desiguales que caducan, viva quién educa para cambiar eso”. Eso, justamente, eso: vivan Juan y “El Alemán”, las maestras y los maestros.
Los amores sin resolver fueron metáfora futbolera o la de un árbol que quería ser leña y se mantuvo vivo por un hornero que se fue; entonces los que no pudieron llegar a Primera se consolaron “porque el destino te lleva a otros brazos más dulces de abrazos”.
El cantautor que canta “lo que hay que decir” y el escritor que dice lo que “no puede resistir” y le pregunta del segundo al primero: “¿Cómo asumir el golpe cruel?”. O cómo asumir la crueldad que nos golpea, algunos llorando, otros riendo y la firmeza de quien nació en La Paz y se radicó de chico en Chaco: “Cuando no sepan si hay que reír o llorar es porque hay que luchar”. Para “no hacerle caso a la desigualdad de origen, que es la misma alienación”, para entender “que los chicos de la calle no gritan porque son negros, gritan porque son invisibles” y hacer algo con eso. Como lo hacen ellos, “reconocerse en otras voces, generar conciencia”.
A la misma hora en otro lugar de la ciudad había de a miles escuchando gritos. En tiempos de mucho ruido, eso llama la atención. Pero siempre habrá resistencia a aquello, por más que sean algunos menos. Siempre habrá quienes se conmuevan frente a las semillas que germinan, siempre habrá quienes pueda comer el fruto de los mejores árboles. Los que siempre reverdecen.
@juanjosecoronell
@juanjofotos12
Periodista
Fotógrafo